El término raza es utilizado para hacer definir grupos con características hereditarias comunes en los que se subdividen algunas especies animales. En el caso del homo sapiens es discutido entre los científicos si existen razas humanas.
La idea de clasificar a los hombres en razas humanas apareció en Europa en el siglo XVI y fue utilizado en Occidente hasta medidos del siglo XX, como una herramienta del racismo y del imperialismo europeo que se expandió en esa época. Estas clasificaciones se realizaron a partir de ciertas características biológicas visibles, principalmente la cantidad de melanina que las personas tienen en la piel, y algunos rasgos faciales).
Luego del nazismo, el concepto de raza dejó de ser utilizado por los Estados y varios científicos sostuvieron que la Humanidad, por su alto grado de movilidad, sociabilidad y mestización, no pudo desarrollar razas.
La idea de razas en relación a los seres humanos desata hoy en día fuertes polémicas y hay quienes cuestionan su uso, alegando que no se puede hablar de diferentes razas entre los seres humanos porque la diferencia genética entre ellos es mínima. La visión crítica del uso del término, ha destaca la concepción racista que el uso de este término suele acarrear.
Desde los años 1940, los científicos evolucionistas han rechazado la conceptualización de raza donde un número finito de características esenciales pueden usarse para determinar el número de razas. Muchos científicos evolucionistas y sociales opinan que a la definición común de raza, o a cualquier definición de raza relativa a los humanos, le falta rigor y validez taxonómica. Argumentan que son imprecisas y arbitrarias, y que las razas observadas varían según la cultura examinada.
Parte de los científicos y antropólogos postulan que la especie humana está compuesta por una única raza y que ésta se divide en diferentes etnias, que a su vez se dividen en pueblos. Este tipo de teorías antropológicas aparecieron en los años 1960 como reacción frente a las teorías científicas relativas al predeterminismo biológico y a fenómenos como el segregacionismo y la discriminación racial, presentes por aquel tiempo en el contexto de los países occidentales.
En la antropología moderna la distinción entre factores biológicos y étnicos o culturales propiamente dichos está mejor definida. Ello se debe a los enfoques multidisciplinarios presentes en la actualidad.
La idea de clasificar a los hombres en razas humanas apareció en Europa en el siglo XVI y fue utilizado en Occidente hasta medidos del siglo XX, como una herramienta del racismo y del imperialismo europeo que se expandió en esa época. Estas clasificaciones se realizaron a partir de ciertas características biológicas visibles, principalmente la cantidad de melanina que las personas tienen en la piel, y algunos rasgos faciales).
Luego del nazismo, el concepto de raza dejó de ser utilizado por los Estados y varios científicos sostuvieron que la Humanidad, por su alto grado de movilidad, sociabilidad y mestización, no pudo desarrollar razas.
La idea de razas en relación a los seres humanos desata hoy en día fuertes polémicas y hay quienes cuestionan su uso, alegando que no se puede hablar de diferentes razas entre los seres humanos porque la diferencia genética entre ellos es mínima. La visión crítica del uso del término, ha destaca la concepción racista que el uso de este término suele acarrear.
Desde los años 1940, los científicos evolucionistas han rechazado la conceptualización de raza donde un número finito de características esenciales pueden usarse para determinar el número de razas. Muchos científicos evolucionistas y sociales opinan que a la definición común de raza, o a cualquier definición de raza relativa a los humanos, le falta rigor y validez taxonómica. Argumentan que son imprecisas y arbitrarias, y que las razas observadas varían según la cultura examinada.
Parte de los científicos y antropólogos postulan que la especie humana está compuesta por una única raza y que ésta se divide en diferentes etnias, que a su vez se dividen en pueblos. Este tipo de teorías antropológicas aparecieron en los años 1960 como reacción frente a las teorías científicas relativas al predeterminismo biológico y a fenómenos como el segregacionismo y la discriminación racial, presentes por aquel tiempo en el contexto de los países occidentales.
En la antropología moderna la distinción entre factores biológicos y étnicos o culturales propiamente dichos está mejor definida. Ello se debe a los enfoques multidisciplinarios presentes en la actualidad.