miércoles, 1 de abril de 2009

La raza y el origen etnico



El término raza es utilizado para hacer definir grupos con características hereditarias comunes en los que se subdividen algunas especies animales. En el caso del homo sapiens es discutido entre los científicos si existen razas humanas.
La idea de clasificar a los hombres en razas humanas apareció en Europa en el siglo XVI y fue utilizado en Occidente hasta medidos del siglo XX, como una herramienta del
racismo y del imperialismo europeo que se expandió en esa época. Estas clasificaciones se realizaron a partir de ciertas características biológicas visibles, principalmente la cantidad de melanina que las personas tienen en la piel, y algunos rasgos faciales).
Luego del
nazismo, el concepto de raza dejó de ser utilizado por los Estados y varios científicos sostuvieron que la Humanidad, por su alto grado de movilidad, sociabilidad y mestización, no pudo desarrollar razas.
La idea de razas en relación a los seres humanos desata hoy en día fuertes polémicas y hay quienes cuestionan su uso, alegando que no se puede hablar de diferentes razas entre los seres humanos porque la diferencia
genética entre ellos es mínima. La visión crítica del uso del término, ha destaca la concepción racista que el uso de este término suele acarrear.
Desde los años 1940, los científicos
evolucionistas han rechazado la conceptualización de raza donde un número finito de características esenciales pueden usarse para determinar el número de razas. Muchos científicos evolucionistas y sociales opinan que a la definición común de raza, o a cualquier definición de raza relativa a los humanos, le falta rigor y validez taxonómica. Argumentan que son imprecisas y arbitrarias, y que las razas observadas varían según la cultura examinada.
Parte de los científicos y antropólogos postulan que la especie humana está compuesta por una única raza y que ésta se divide en diferentes
etnias, que a su vez se dividen en pueblos. Este tipo de teorías antropológicas aparecieron en los años 1960 como reacción frente a las teorías científicas relativas al predeterminismo biológico y a fenómenos como el segregacionismo y la discriminación racial, presentes por aquel tiempo en el contexto de los países occidentales.
En la
antropología moderna la distinción entre factores biológicos y étnicos o culturales propiamente dichos está mejor definida. Ello se debe a los enfoques multidisciplinarios presentes en la actualidad.

Cultura



La cultura es el conjunto de todas las formas y expresiones de una sociedad determinada. Como tal incluye costumbres, prácticas, códigos, normas y reglas de la manera de ser, vestimenta, religión, rituales, normas de comportamiento y sistemas de creencias. Desde otro punto de vista se puede decir que la cultura es toda la información y habilidades que posee el ser humano. El concepto de cultura es fundamental para las disciplinas que se encargan del estudio de la sociedad, en especial para la antropología y la sociología. ' La Unesco, en 1982, declaró:
...que la cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones, y crea obras que lo trascienden.
(UNESCO, 1982: Declaración de México)
Aunque muchas de las concepciones sobre cultura en el lenguaje común tienen su origen en el debate de las ciencias sociales, o bien, existieron primero en el habla cotidiana y luego fueron retomadas por las segundas, aquí se presenta un repaso sobre la construcción histórica del concepto de cultura en las disciplinas sociales
.

Genero


El género es una categoría de análisis en sociología y antropología que denota un conjunto de normas y convenciones sociales del comportamiento sexual de las personas. Son entonces, los "Estudios de género", los estudios de la construcción social de las diferencias sexuales en un momento o lugar histórico dado.
Los Estudios de género forman parte de la reciente tradición de los Estudios Culturales (Cultural Studies) que iniciaron en universidades de Inglaterra y Estados Unidos a partir de los 1960s/70s. Sin embargo, sus antecedentes son mucho más antiguos.
En 1949,
Simone de Beauvoir afirma la frase que inicia el movimiento feminista del siglo XX: "Una no nace mujer, sino que se hace mujer." Su reflexión abrió todo un nuevo campo de indagación intelectual sobre la interpretación de la igualdad y la diferencia de los sexos, que hoy es tema de revistas, libros, debates políticos, políticas de diversidad empresarial y seminarios académicos y movimientos sociales en todo el mundo.
Los estudios de género no sólo estudian la desigualdad hacia las mujeres, sino que han abierto nuevos campos de investigación como sobre estudios sobre
masculinidad y diversidad sexual (estudios sobre gays, lesbianas, bisexuales, transexuales,...). Estos estudios no tienen respaldo ni en la biología ni en la genética y por tanto no cumplen plenamente con el método científicoDe hecho, los últimos estudios científicos descartan una exclusiva construcción social y cultural de los géneros sexuales y sus roles, sugiriendo incluso que la cultura tiene bases biológicas y fisiológicas antes que meramente arbitrarias.

Diversidad Humana



DIVERSIDAD HUMANA






Hablar sobre diversidad humana lleva a pensar en la multifacética y pluralista fenomenología del ser humano: es un proceso de búsqueda de significaciones y actitudes que permiten el enriquecimiento mutuo, en el cual las diferencias caracterizan lo verdaderamente único de cada persona, conformando un crisol de formas de ser y definiendo de éste modo una sociedad que es diversa.
Todas estas reflexiones y sugerencias han surgido de la práctica docente concreta. Ellas son un rescate de lo heterogéneo, lo cual es un rasgo inherente y constitutivo de todo grupo humano. La explicitación de esta característica, conjuntamente con la posibilidad de enriquecimiento a través de la diferencia, son pilares sobre los que tendría que asentarse el abordaje de la diversidad.
Pero: ¿Quién soy yo? ¿Quién es el otro? ¿Dónde esta el límite entre mi necesidad y la de quienes me rodean? ¿En qué radica la riqueza de la interacción? Tanto éstos como otros interrogantes se irán abordando a lo largo del presente trabajo. Para ello se hace necesario detenerse en la búsqueda de significados, entendida como un intento de comprensión de hechos, actitudes y tendencias presentes a lo largo de la historia de la sociedad.
No se trata de presentar un marco dogmático sobre el tema, sino de abrir un debate donde se pueda repensar la praxis docente. Según Savater, sólo volviendo a la raíz común que nos emparienta, podemos llegar los seres humanos a ser huéspedes los unos de los otros, cómplices de necesidades que conocemos bien y convencidos de que éstas son diversas, y de que sólo en el descubrimiento de ellas podremos ver la diferencia como un medio de enriquecimiento y no como un elemento de exclusión.




Rasgos fundamentales del ser humano



En el subsuelo de todo modelo educativo hay una determinada concepción de hombre, explícita o implícita, debidamente articulada o solamente intuida, conocida o desconocida, correctamente expuesta o ideológicamente presentada. Este modelo es previo en cualquier reflexión pedagógica, y por lo tanto clave para poder discutir cuál es el sentido de la educación en la vida de la persona y de los pueblos. La antropología y la pedagogía en este sentido se relacionan directamente. El sentido que el maestro, el profesor, el padre, la madre, el educador en general, transmite a sus alumnos no es una cuestión solo pedagógica, sino también antropológica y ética.
Por eso antes de abordar específicamente el tema de las adecuaciones curriculares se hace necesario clarificar reflexivamente algunos de los “rasgos fundamentales del ser humano”.
¿QUIÉN ES EL SER HUMANO?
Este interrogante se relaciona en forma directa con el tema del significado y el propósito de la vida humana, y apunta hacia los fines de todo acto educativo. Como toda pregunta filosófica, ha recibido una pluralidad de respuestas, varias de ellas antitéticas, que a su vez se incorporan en diversos estilos de vida y se relacionan con prácticas educativas variadas en determinadas organizaciones socio-políticas; lo cual permite advertir de inmediato lo importante que puede ser explicitarlas para reflexionar acerca de ellas.
Todo lo que el ser humano sabe y espera del universo y todo lo que cree, depende de la manera como se ve a sí mismo, debido a que no puede concebir nada sino a través de su propia concepción. Este componente subjetivo del conocimiento intrapersonal se encuentra modelado por vínculos intersubjetivos. Ésta es una realidad que brota desde el mismo origen en cualquier reflexión sobre el ser humano, ya que se debe avanzar más allá de lo meramente exterior y fenoménico. De lo contrario, se cae en un balbuceo en el que no se sabe bien qué decir, o bien se sabe que todo lo que se diga va a estar fuertemente influenciado por la propia subjetividad. Tal vez por ello sea tan difícil hablar de sí mismo, debido a que necesariamente hay que acudir a los otros en sus contradicciones, certezas y misterios. Es que el ser humano no es sólo un “objeto de conocimiento” que pueda observarse, medirse, calcularse o biseccionarse de un modo empírico o cuantitativo, sino que es también misterio. Este término etimológicamente significa algo oculto, escondido, no evidente, que no se agota en su rostro, ni en sus músculos, que no puede ser presa del lenguaje conceptual, en definitiva que hay algo en el ser humano que tiene un carácter estrictamente metafísico, conciencia que tal vez se origine en un no sentirse vinculado ciegamente a la naturaleza.